jueves, 30 de abril de 2009

Surrender.





Hoy me pides que escriba, solo de pensarlo me tiemblan las manos.



Al igual que me tiembla el espíritu cuando se acurruca cerca del tuyo. Y se me amontonan las palabras, queriendo salir desde mi mente a través de mis dedos hasta una meta de cabellos rizados, pero no puedo empezar hablando de tu pelo, porque enseguida me enredo en él.


Se me amontonan las palabras porque no se cuales escoger y las ideas revolotean a mi alrededor dándome celos y celos me dan tus sabanas. Podría contarte mil historias, mil parábolas para difuminarte sutilmente su moraleja oculta entre lineas o también podría escribirte las letras justas para decirte lo que mis pensamientos encierran. Pero la llave la tienes tu. Y que eres tu? Tan difícil es definirte...

Eres una cosa y tantas a la vez. Eres luz y eres sombra, eres hielo y fuego, eres música y a veces ruido. Eres la paleta de colores con la que pintar uno de los cuadros mas fascinantes que he visto nunca, lo suficiente como para atrapar mi mirada, creeme la atrapas. Hoy he podido verte de cerca, anulas por completo lo que te rodea, eres el centro de gravedad de mis Cinco Sentidos.



Y es que mis ojos caen hacia los tuyos desparramándose en ellos, buscando en un bosque los reflejos del mar y su oscuridad central es un agujero negro del que me es imposible escapar, solo me queda preguntar que hay tras esa oscuridad que hace las veces de espejo de mi mismo.






Para escuchar tu voz me dispongo a surcar los océanos confiado y seguro, pero me sobreviene un canto lejano que lo envuelve todo, no me importa que significa, tan solo quiero seguir escuchándolo pues es una melodía compuesta por una Musa, sin intermediarios mortales. Me llama, me susurra y me tienta, es el cantar de la sirena del que me es imposible escapar y me dejo arrastrar por su reclamo, perdiéndome en aguas de la incertidumbre.






Te miro, te escucho y pienso y un estimulo primigenio enlazado con mis deseos precipitan mis labios a los tuyos y te pruebo. Cierro los ojos y me dejo llevar, recorro cientos de mundos en pocos segundos, parándome a descansar entre los sinuosos movimientos de tu ser. Eres un fruto madurado con la dulzura de 15 primaveras, eres la manzana del pecado original, probándote arriesgo demasiado y eres la manzana de Idunn con la que yo llego a ser Dios, un Dios condenado a probarte.






Y es en ese momento cuando despierta mi nariz, atenta a las sensaciones que desprendes, conviertes cada instante en una experiencia memorable. Nadie sabe lo que es el aire puro asta que lo filtra a través de tu pelo. Eres flor y si, tienes espinas, Venus se pincho en una de ellas y tiño tus pétalos con su sangre. Me gustaría poder comprarte cada 14 de febrero. Eres flor y no puedes marchitarte. Tu olor es inmortal.




Y mis dedos que ahora escriben, mis dedos indecisos, inseguros, traviesos e impacientes. Hace tan solo unas horas tocaban tu piel y tu pelo. No hay escapatoria a tus rizos, que son como un tornado el cual atrapa mis manos y las hace girar en un baile de caricias que transportan mi mundo hacia el tuyo, uniéndolos con el puente de los besos. Rozar tu piel, Dios... escribiría hasta que saliera el Sol... Una jungla y un desierto. Nunca dos extremos estuvieron tan cerca y en perfecta armonía.



Y aun con todo no sabría aun como definirte. Un beso encadenó estas palabras, espero poder devolvertelas de la misma forma.



Un agujero negro, el cantar de la sirena, el fruto adictivo, el olor inmortal, un tornado de sensaciones. No puedo escapar de ti. Atraes mis cinco sentidos.






Rinhork.



3:23 de la mañana. Esta noche te escucho a ti.

Imagen: Danae. 1907, Gustave Klimt.

1 comentario:

Paloma Campos dijo...

dios... esk eres dios :O escribes de puta madre y encima cantas ....